PUCP PuntoEdu | “La recuperación del patrimonio cultural no es un problema de la élite”


Entrevista a Norma Barbacci, Directora del Programa para Latinoamérica, España y Portugal del World Monuments Fund, publicada en portal PuntoEdu de la PUCP.
¿Cuáles son las principales amenazas que atentan contra el patrimonio cultural? ¿Qué medidas se pueden tomar desde la sociedad civil para evitar su destrucción? Conversamos con la especialista Norma Barbacci, quien estuvo de visita en nuestra Universidad y tuvo una participación activa en la XI Conferencia Internacional sobre el Estudio y Conservación del Patrimonio Arquitectónico de Tierra (Terra 2012) y en el II Conversatorio Visiones del Perú "Lima Patrimonio Mundial: Balance a los 20 años".
¿Cuál es la labor del World Monuments Fund (WMF)? ¿Cuál es su misión e importancia?
El WMF es una organización internacional privada, sin fines de lucro, que se creó en el año 1965 (con el nombre de International Fund for Monuments) principalmente para promover la protección del patrimonio cultural inmueble. Desde 1985 tomó el nombre de World Monuments Fund y fue creciendo como una organización con mayor personal, cada vez más profesional. Trabajamos en proyectos de conservación en todo el mundo, apoyamos de forma financiera con donaciones, brindamos apoyo técnico, organizamos eventos educativos sobre concientización y tenemos el programa World Monuments Watch, de defensa del patrimonio.

¿Qué actividades desarrolla en Latinoamérica, Portugal y España? ¿Qué proyectos o iniciativas se realizan en el Perú?
Mis labores como directora del programa son administrar los proyectos que tenemos y buscar oportunidades de financiación local o internacional, ver que los proyectos se hagan de una forma correcta y promocionar nuestros programas. Los proyectos más importantes en Perú son la Iglesia de Andahuaylillas (pero estamos apoyando a todo el pueblo) y Chanquillo, un sitio arqueológico en Casma.

¿Cuáles son los principales riesgos que afronta el patrimonio cultural de un país? ¿Qué factores pueden considerarse como una amenaza para su conservación?
Depende de los sitios y de los países, pero las amenazas más comunes son: la presión del desarrollo económico, el abandono de los centros históricos, el daño causado por los elementos (erosión, lluvias, vientos), la falta de mantenimiento, las intervenciones inapropiadas (con materiales incompatibles con los originales), los desastres naturales (inundaciones, sismos, incendios forestales), el vandalismo y tráfico ilícito de reliquias (que afecta mucho a las iglesias de muchos países). Amenazas no faltan.



¿Conservar el patrimonio cuesta? Una región que no tiene el presupuesto suficiente para destinarlo a un programa de cuidado, ¿qué podría hacer?
Es un problema de visión, porque el patrimonio no es un problema de la élite. No estamos hablando de un patrimonio museístico, que cuesta mucho mantener; estamos hablando de calidad de vida. Económicamente es mucho más viable mantener un edificio histórico que construirlo de nuevo (una restauración es costosa). Además, la conservación es mucho más ecológica porque no está generando desperdicio y las construcciones antiguas normalmente son de mejor calidad, usan mejor los recursos naturales.

En diciembre del año pasado se han conmemorado 20 años del reconocimiento del Centro Histórico de Lima como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Luego de dos décadas, ¿qué balance se puede hacer?
He estado viniendo a Lima en los últimos diez años y veo que se ha avanzado en la conservación del patrimonio histórico al igual que en otros países: primero se empezó a cuidar los monumentos más importantes (el Palacio de Gobierno, el Arzobispado de Lima, la Plaza Mayor, la Catedral, etc.). Poco a poco se han ido recuperando más espacios públicos. Sin embargo, no se ha mejorado la apreciación de la arquitectura vernácula del Centro Histórico, que no está hecho de monumentos individuales sino de un conjunto urbano. Eso es lo que todavía está en camino de mejorar.

Parte del problema es la legalidad de la tenencia de propiedad de estas casonas (muchas de ellas son de propiedad de la Beneficencia Pública, que no cuenta con los recursos para mantenerlas ni puede cobrar las rentas que se podrían generar). Aparte, muchas de las propiedades se han recibido como parte de una donación y no se pueden transferir a un privado que podría restaurarlas y usarlas de otra forma.
Sería importante precisar los términos “monumento” y “patrimonio”, porque para la mayoría un monumento es aquella estatua que se encuentra en medio de una plaza…
Un monumento, como su nombre lo indica, es una cosa “monumental”, algo que uno valora, un ícono representativo de un evento histórico o un diseño arquitectónico extraordinario. Pero en este siglo XXI, especialmente en relación con los centros históricos, consideramos que parte del patrimonio son también las construcciones que brindan cierto nivel de calidad de vida. Es complicado convencer a alguien que una casita de adobe tiene tanto valor como miembro de un conjunto que una catedral. Una vez que uno lo ve así, entonces es más fácil entender que es necesario proteger todo. Si sacas a un monumento de su contexto original pierde mucho; el entorno ayuda a darle más valor.

Lima ,en los últimos años, está viviendo un boom de la construcción, que está transformando la densidad poblacional y la zonificación de numerosos distritos. ¿Cómo se puede controlar este crecimiento acelerado y desordenado?
La palabra clave es planificación. En la Colonia, la “Lima Cuadrada” fue el resultado de una planificación muy estricta; si esa metodología de creación se hubiera mantenido, Lima sería una ciudad modelo, como lo fue en ese momento, pero se dejaron de lado el control y la fiscalización al momento de construir. La planificación no debe ser retroactiva (en respuesta a lo que ya se ha hecho), sino pensando en el futuro y asegurándose de que estas leyes se cumplan.

En la lista de monumentos en peligro del WMF (2012 World Monuments Watch), se destacan tres sitios locales: las líneas y geoglifos de Nazca (Ica), la Alameda de los Descalzos y el Paseo de Aguas, y la Quinta de Presa (Rímac, Lima). ¿Por qué fueron incluidos en la lista?
Nosotros recibimos cientos de propuestas que vienen de individuos, organizaciones o gobiernos, las cuales se evalúan de acuerdo con tres criterios: la importancia del sitio (es relativa, no tiene que ser un patrimonio reconocido internacionalmente), la urgencia (tiene que haber alguna necesidad; si están en perfectas condiciones, no necesitan que hagamos este llamado de atención) y la viabilidad (qué podemos hacer para corregir el estado de este monumento, qué oportunidad nos ofrece). La lista se renueva cada dos años.

Se seleccionan los sitios que necesitan mayor atención y se hace una campaña publicitaria muy fuerte a escala internacional que tiene eco en los medios locales. Los sitios que están en la lista son una prioridad para conseguir fondos para proyectos. En la fase actual estamos evaluando las propuestas que tenemos para ver cómo podemos ayudarlos económicamente; cruzamos información entre los donantes interesados en el sitio y las propuestas que tenemos.
Se suele acusar a las autoridades como únicas responsables de la conservación del patrimonio monumental de un país, pero nos olvidamos de que también hay otros actores como las instituciones públicas, empresas, universidades y la comunidad en su conjunto que pueden hacer algo por este sitio…
La recuperación de los centros históricos es una labor de todos y tiene un rango muy amplio de responsabilidades. Va desde la actitud del niño que pinta en la pared de un monumento hasta el Presidente de la República que luego del terremoto en Perú, en el año 2007, anunció que nunca más se iba a construir en adobe. Para combatir esta ignorancia se necesita más educación, un cambio de actitud y no creerse dueños de la verdad. Un arquitecto, por más bueno que sea, no necesariamente es capaz de intervenir un edificio histórico, hay que buscar profesionales idóneos.

El Perú está en una buena situación económica, pero a la vez esto puede ser un problema porque cuando hay mucha inversión también se pierde mucho patrimonio. Hay centros históricos que se conservan porque no han sido intervenidos (La Habana Vieja es el mejor ejemplo), pero se tiene que buscar un balance entre inversión y nuevas edificaciones y la preservación histórica. Hay sitios para desarrollo y sitios para conservación: la zonificación es esencial.
Algunos ciudadanos consideran que se debe preservar la mejor huaca de la zona y destruir aquellas que se encuentran abandonadas para dar paso a nuevas edificaciones…
No es tan fácil. Cada vez que destruyes un sitio arqueológico, nunca más vas a tener esa información. Y recién estamos aprendiendo cómo vivía la gente de las culturas prehispánicas. Hay mucho conocimiento que no se tiene todavía; no equivale a decir: “yo tengo 50 sillas; si conozco perfectamente una, no necesito las otras 49”. En el caso de los sitios arqueológicos, todos son diferentes, todos tienen capas de cultura acumulada diferentes y esa información muchas veces no se ha estudiado ni publicado.

Si crees que existe un sitio importante que no se conoce a profundidad, entonces hay que conocerlo, documentarlo y volverlo a tapar porque hay que dejar algo para los arqueólogos del futuro. Hace 100 años, si querías ver algo lo tenías que excavar; hoy se usan radares de penetración y otras técnicas no destructivas para hacer investigación; de aquí a 100 años no sabemos qué vamos a tener.
Usted participó en Terra 2012, ¿qué le ha parecido esta experiencia?
El Perú es un país perfecto como anfitrión para este tipo de conferencias. Pero lo que siempre me cuestiono es que estamos “predicando en el coro”. Estamos acá porque creemos en la nobleza del material, estamos intercambiando información entre nosotros pero un evento de este nivel tendría que promocionarse fuera de este gremio de “conversos”. Aquí estamos llenos de arquitectos, ingenieros, conservadores, académicos… pero ¿dónde están los inversionistas, las compañías?

Es un problema que involucra economía y gestión. Si yo quiero conservar mi edificio histórico y no tengo materiales para hacerlo, ¿qué hago? Yo he estado en conferencias de restauración en EE.UU. donde más allá de las reuniones técnicas, había stands donde se vendían materiales para conservación, desde microscopios hasta fabricantes de cal. Esto también puede ser una industria muy fuerte, como lo es en otros países. A mí me interesaría que todo este aparato forme parte de estas conferencias.
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