Por una buena obra | Jaime Mok

JAIME MOK. ES ARQUITECTO ESPECIALIZADO EN CONSTRUCCIONES NO CONVENCIONALES. HA PARTICIPADO EN LOS PROYECTOS DE RECONSTRUCCIÓN TANTO EN PISCO COMO EN HAITÍ.
Acaba de regresar de Haití. ¿Cuál fue el trabajo que realizó allá?
Ha sido un esfuerzo conjunto de Predes y la institución alemana Diakonie, que nos han apoyado financieramente en el trabajo de reconstrucción de Pisco. Ellos durante años han realizado una labor permanente en Haití, y luego del terremoto han regresado para iniciar una etapa de reconstrucción, difícil en una zona convertida hoy en día en un mercado parecido a La Parada. Para ello nos han solicitado que vayamos a compartir nuestra experiencia en la reconstrucción de viviendas en el sur.
¿Cuál fue su aporte en la reconstrucción de Pisco?
No lo hicimos solos. Diakonie destinó fondos para construir viviendas, y nuestra propuesta fue que se hicieran con quincha y bambú. Por dos motivos fundamentales: primero, porque es un recurso local (en la costa) y segundo porque son materiales asequibles. Si bien nuestra participación ha sido de una asistencia dirigida, también se proveyó de capacitación a la población para que cuando nos retiremos tengan los conocimientos básicos durante todo el proceso de fabricación de las casas.
Estos materiales generan controversia porque muchas de las viviendas que se cayeron estaban construidas con ellos. ¿Qué falló?
La técnica de construcción. Ambos son materiales sismorresistentes, ya que al ser ligeros toleran la onda del movimiento, tienen un buen comportamiento. El gran error en construcción, antes del terremoto, es que la gente ha edificado con materiales alternativos como si se tratara de ladrillo. El adobe y la quincha deben tener una buena cimentación, las paredes deben estar unidas en las esquinas; pero en Pisco las casas tenían puertas y ventanas en estas zonas (como las casas de ladrillo), lo que separaba los muros. Así, en un sismo, los muros se abren y los techos se caen.
¿Hay alguna técnica para reforzar más los materiales?
Sí. La unidad de estos materiales debe tener algún elemento que los una desde el interior, como la paja en el adobe. La quincha también se debe reforzar con geomallas (mallas de plástico de un tejido muy tupido y altamente resistente), con cañas o carrizos. Todos estos materiales ya están incluidos en el Reglamento Nacional de Edificaciones. Lo bueno de estos recursos es que si se les añade una capa de barro o incluso de cemento, estas edificaciones serán tan seguras como una casa de ladrillos. Considerando un espesor de 10 cm de barro, además, se convierte en una construcción térmica, ideal para viviendas de la sierra.
¿Cuál es el trabajo que aún les queda pendiente en Pisco?
Nosotros ya estamos cerrando el proyecto de reconstrucción de Pisco. Han sido tres años en el que nuestro trabajo básicamente consistió en tres componentes: construcción de viviendas, saneamiento básico y mejoramiento de la calidad de agua. En una segunda etapa nuestra labor ha estado ligada al trabajo con mujeres para fomentar los comedores populares y, al mismo tiempo, enseñarles a generar sus propios recursos a través de diferentes talleres de elaboración de productos. No hemos dejado de lado el trabajo con niños en el aspecto de su recuperación personal, ya que, al igual que lo ocurrido en Haití, lamentablemente en estos escenarios se agrava el abuso sexual. Pero hemos hecho lo posible para que esto esté bajo control. Porque al otorgarles la posibilidad de una vivienda están más protegidos.
+Más datos
Jaime Mok trabaja para la organización Paz y Esperanza.
Diakonie, una institución alemana, colabora con los proyectos de reconstrucción. Es parte integrante de Diaconía Ecuménica, obra Diacónica de las Iglesias Evangélicas en Alemania. Presta ayuda humanitaria apoyando a personas víctimas de catástrofes naturales, guerra o desplazamiento.
+Fuente: El Comercio. Suplemento Casa y Más. Karina Borrero.
*Fotografías del Blog de Paz y Esperanza.